Nuestra práctica profesional está amparada por un Código Deontológico, sobre el cual debemos basar nuestras actuaciones para hacerlo con la máxima responsabilidad profesional, tanto a nivel de ética, moral como de valores. El Código Deintológico de los y las Educares Sociales destaca como condiciones principales las que enumeramos a continuación:
Principio de respeto a los derechos humanos
Principio de respeto a los sujetos de la acción socioeducativa
Principio de justicia social
Principio de la profesionalidad
Principio de la acción socioeducativa
Principio de la autonomía y solidaridad profesional
Principio de la coherencia institucional
Principio de la información responsable y de la confidencialidad
Principio de la participación comunitaria
Principio de complementaridad de funciones y coordinación
Los y las Educadores Sociales en relación con la personas que trabajemos debemos guardar un trato igualitario y sin descriminación por razón de sexo, edad, religión, ideología, étnia, idioma o cualquier otra diferencia
En nuestras acciones socioeducativas evitaremos el uso de técnicas que atenten contra la dignidad de las personas.
En el trabajo con menores tendremos en cuenta las decisiones y aportaciones de los tutores legales.
La relación con los usuarios no podrá trascender más allá de la relación profesional y debemos evitar crear cualquier tipo de relación que suponga una dependencia afectiva o íntima.